dilluns, 1 de desembre del 2008

Sanidad alerta del riesgo de mortalidad entre ancianos que toman antipsicóticos clásicos


La Agencia Española del Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha informado a los profesionales sanitarios a través de una nota de que el uso de antipsicóticos clásicos en pacientes ancianos con demencia está asociado con un incremento de la mortalidad. Esta información obligará a actualizar los prospectos de estos productos para que incorporen esta información a partir de ahora.

Ésta es, según este organismo, la conclusión de una evaluación realizada por las Agencias Reguladoras de Medicamentos europeas en el ámbito del Comité de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Europea de Medicamentos (EMEA). Entre los antipsicóticos de primera generación destacan fármacos como la levopromazina (Sinogan), el popular haloperidol o clorpromazina (Largactil).
Dicho comité ha advertido de que los llamados antipsicóticos clásicos (o de primera generación) tienen mayor riesgo de muerte cuando se administran a ancianos con demencia. Aunque reconoce que no se puede establecer con claridad cuál es la magnitud de este riesgo ni "si es superior al observado con antipsicóticos atípicos (o de segunda generación) o bien si es diferente de unos fármacos a otros dentro de la misma clase".
Ya en el año 2004, algunos ensayos clínicos mostraron más riesgo de accidentes cerebrovasculares con antipsicóticos de segunda generación, como olanzapina y risperidona, así como mayor mortalidad para olanzapina en pacientes ancianos con demencia.
Posteriormente en el año 2005, un metaanálisis de 17 ensayos clínicos con estos mismos fármacos realizado por la agencia estadounidense del medicamento (FDA, según sus siglas en inglés) mostró un aumento de la mortalidad (sobre todo por causas cardiovasculares o infecciones) en pacientes ancianos con demencia que tomaban los fármacos para el tratamiento de los síntomas psicóticos o las alteraciones del comportamiento.
Sin embargo, hasta esa fecha, los datos disponibles sobre la primera generación de antipsicóticos eran más limitados. Como destaca la agencia en su nota de advertencia, desde 2005 se han publicado diversos estudios que también han mostrado más riesgo de fallecimiento asociado a estos tratamientos clásicos.
Uno de ellos, realizado en Canadá en 2007 con un elevado número de pacientes es el que ha motivado la revisión por parte de las autoridades de toda la información disponible. Y tras revisar decenas de trabajos, la Agencia subraya que los fármacos clásicos aumentan las probabilidades de muerte, aunque no presenten mayor riesgo que los modernos.
En relación con otros riesgos (fundamentalmente trastornos del ritmo cardíaco, trastornos isquémicos cerebrales y síndrome metabólico) asociados al uso de antipsicóticos en pacientes con demencia además del aumento de mortalidad, la Agencia del Medicamento ha evaluado la información y concluyen que no existen diferencias relevantes entre ambos grupos de tratamiento.