dilluns, 9 de maig del 2011

La esperanza de vida de los enfermos mentales es 20 años menor que la media


"La esperanza de vida es entre 20 y 25 años menos en el caso de las personas con enfermedad mental", según explicó Martín Vargas, jefe del Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Segovia y asesor científico de la Federación de la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental de Castilla y León (Feafes-CyL).


Un precoz deterioro físico, junto con el estrés acumulado con los años y la propia evolución de la enfermedad son algunos de los factores que Vargas señaló como fundamentales para que las personas con problemas de salud mental vean reducida su esperanza de vida.

Vargas realizó estas declaraciones en el marco del XVII Congreso de Feafes que tuvo lugar en Valladolid, y en donde han asistido cerca de 300 personas en representación de 281 asociaciones.

"Si no tenemos un desarrollo personal y creativo" y una actividad física constante "no tenemos salud", matizó Vargas durante su intervención, en la que estuvo acompañado por el catedrático de Geriatría de la Universidad Complutense de Madrid, José Manuel Ribera, y el miembro de Honor de la Asociación Mundial de Psiquiatría, Francisco Torres. El debate estuvo moderado por la jefa del Servicio de Asistencia Psiquiátrica de la Junta de Castilla y León, Mª Concepción Velasco.

Asimismo, Vargas subrayó que el desarrollo personal es clave ya que "trabajar está muy bien, pero es muy importante tener una actividad constante" ya sea en el desarrollo de una actividad laboral o fuera de ella. El envejecimiento de las personas con esta discapacidad conlleva tres dimensiones: la del desarrollo personal, la de la autonomía y la del tratamiento social, recalcó.

En este sentido, dijo que "el objetivo no es crear recursos, si no que las personas con enfermedad mental puedan desarrollar su vida con autonomía", lo que sólo se consigue construyendo un camino conjunto entre el paciente y el especialista, con "empatía" y la "constancia".

Por su parte, para José Manuel Ribera, el envejecimiento de las personas con enfermedad mental conlleva un incremento de la vulnerabilidad y una pérdida de los "mecanismos de reserva", como lo es la memoria reciente.

Además, esto se une también "a las secuelas de enfermedades que va acumulando uno a lo largo de su vida", lo que hace que "la posibilidad de tener nuevas enfermedades vaya aumentando", explicó Ribera.

Aunque el paso del tiempo afecta prácticamente por igual a hombres y mujeres con enfermedad mental, Ribera reconoció que con los años el grado de dependencia aumenta y hace necesaria la actuación de un cuidador, quien en la mayor parte de los casos, es mujer.

Ribera abogó por el mantenimiento de los hábitos de vida y el desarrollo personal como factores preventivos de un rápido deterioro tanto físico como mental de las personas con problemas de salud mental.

DISCRIMINACIÓN Y MALTRATO

"El creciente interés por lo joven discrimina y margina a las personas mayores", sentenció Francisco Torres, quien añadió que con el incremento del número de personas mayores, también se ha elevado el número de casos de abusos sobre ellas.

Torres agregó que esta marginación, sumada a la vulnerabilidad de las personas mayores, hace que los niveles de maltrato sean superiores en la Tercera Edad. Este maltrato se presenta hoy en día de hasta cinco formas, siendo la física y la psicológica o emocional las dos más comunes en países como España, Grecia e Italia.

Mientras el abuso físico se manifiesta igual entre hombres y mujeres, "la violencia psicológica se da sobre todo en hombres", explicó Torres. Según datos presentados en el Congreso de Feafes, entre el 33 y el 44 por ciento de los casos de maltrato psicológico y físico se da dentro de la pareja.

De los otros tres restantes, financiero, sexual y de abandono, se dan también según qué tipo de relaciones se establezcan entre agresor y agredido.

Por ejemplo, "la mujer suele ser más víctima de abuso sexual que el hombre", y el hombre en más ocasiones es víctima de abuso financiero o de abandono por parte de otros miembros de la familia, como los hijos, que protagonizan más del 11 y el 55 por ciento de las relaciones entre agresor y agredido en los casos de maltrato financiero y de abandono, matizó el experto.

"Siempre que hay un abuso o un maltrato, sea del tipo que sea, es porque existe una relación de dependencia entre dos personas", concluyó.