dijous, 12 de febrer del 2009

La primera vacuna en comprimidos contra la alergia a las gramíneas llega a España


No es un producto milagroso pero seguro que un gran número de personas dan la bienvenida a la comercialización en nuestro país de Grazax, la primera vacuna oral para tratar la alergia al polen de las gramíneas. Entre sus ventajas destaca la mejoría de los síntomas alérgicos y la reducción de la medicación habitual y, dentro de sus inconvenientes, el precio, 106 euros por caja y la duración del tratamiento, tres años.

Se trata de la alergia más frecuente en Europa, la alergia al polen de las gramíneas suele comenzar con la primavera. En mayo es cuando comienza la polinización de este tipo de plantas para las que por poner un ejemplo, y según datos de la Consejería de Sanidad de Madrid, el 75% de los madrileños presenta una sensibilidad.
Grazax, un producto desarrollado por ALK-Abelló, no es una vacuna preventiva sino un tratamiento de la alergia a las gramíneas. Aprobado por la EMEA en septiembre de 2006, ha sido el pasado mes cuando la compañía y las autoridades sanitarias españolas llegaron a un acuerdo para finalmente poder vender este medicamento en nuestras farmacias.
Menos síntomas y menos fármacos
En los diferentes estudios realizados, en los que han participado un total de 2.400 pacientes de 12 hospitales de 12 países, entre ellos España, se ha observado que los síntomas durante el tratamiento se reducen en un 40% mientras que el consumo medio de otros fármacos baja al 70%. "Una vez que terminan los tres años de terapia, los porcentajes bajan al 30% y al 60%, respectivamente", explica a elmundo.es Monserrat Fernández Rivas, médico adjunto del Servicio de Alergia del Hospital Clínico de Madrid.
"Se trata de un tratamiento fácil de administrar, son tabletas sublinguales, que se disuelven en la boca y que la persona la puede tomar directamente en su domicilio", señala esta especialista.
Este hecho ofrece múltiples beneficios frente a las vacunas inyectables. "Éstas se deben administrar en el hospital o en los centros de salud, con el consiguiente gasto sanitario y los costes indirectos que el traslado le confiere a cada paciente, además de las pérdidas de horas laborales o escolares", apunta Fernández Rivas. Teniendo esto en cuenta se puede asumir mejor el precio del nuevo tratamiento, 106 euros por cada caja de 30 comprimidos, que, aunque está subvencionado en un 40% por la Seguridad Social, supone un coste importante si se considera que el tiempo óptimo de tratamiento es de tres años.
No obstante, Tomás Chivato, presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, señala que el coste hay que valorarlo en función del ahorro que la persona tiene al reducir su medicación habitual. "No tenemos estudios sobre los costes de la rinitis alérgica, porque no sabemos lo que una persona con este problema se gasta en vacunas [de otro tipo, subcutáneas o sublinguales], antihistamínicos y otros fármacos, así que aunque esta vacuna en comprimidos cueste algo más no se puede valorar sólo por su precio".
El doctor Pedro Guardia, jefe de sección del servicio de Inmunología y Alergia del Hospital Virgen Macarena de Sevilla ha afirmado durante la rueda de prensa que los pacientes que sufren alergia "ven seriamente afectada su calidad de vida" y que la inmunoterapia es la única vía para detener la progresión de la enfermedad ya que actúa sobre la causa que provoca.
"Esta terapia consiste en administrar al paciente dosis del alérgeno al que se encuentra sensibilizado para tratar de inducir una tolerancia o un cambio en la respuesta inmunológica que haga que el paciente no presente síntomas cuando se exponga al mismo", ha asegurado Guardia.
Una terapia complementaria
"La vacuna es un tratamiento complementario al resto de los fármacos que existen para este problema alérgico. Hay pacientes que se curan del todo pero en es el menor de los casos, la mayoría mejora y mejora bastante, aunque tendrá que seguir tomando, aunque en una cantidad muy inferior, su medicación habitual", explica Monserrat Fernández Rivas.
"Se tolera muy bien, a lo largo de ocho años de investigaciones, no ha habido ningún efecto secundario grave y ningún paciente ha abandonado los estudios por problemas con la terapia", señala esta alergóloga.
Entre los efectos adversos, "la mayoría de los pacientes presentan un picor de boca, garganta y oídos durante los primeros minutos después de tomar la medicación. A la semana, al 70% de las personas se les ha quitado esta molestia", señala esta alergóloga.
Finalmente, la especialista aconseja comenzar a tomar el producto como mínimo unas ocho semanas antes de la polinización. Por su parte, Tomás Chivato especifica las otras pautas de actuación y que son el control ambiental, es decir, evitar el contacto con el polen, y la educación sobre cuándo y cómo tomar cada fármaco.