dilluns, 17 de novembre del 2008

La dispar salud de los europeos cuando superan los 50 años


La esperanza de vida en los países de la Unión Europea ha crecido considerablemente, con España ocupando los primeros puestos de la clasificación, sobre todo en mujeres. Pero esos años que vamos ganándole a la muerte no se los ganamos por igual a la enfermedad. Un estudio presentado en 'The Lancet' revela las grandes desigualdades en el tiempo que una persona de 50 años vivirá libre de enfermedad.

"El bajo número de años de vida saludable a partir de los 50, especialmente en los 10 países recién ingresados en la Unión Europea, podrían comprometer el objetivo de alcanzar en 2010 una tasa de empleo del 50% entre los trabajadores de mayor edad (de 55 a 64 años)", señala el trabajo realizado por científicos de la Universidad de Leicester (Reino Unido).
Los resultados muestran que cuanto mayor es el producto interior bruto doméstico y el gasto en atención a los mayores de un país, mayor es el número de años que las personas vivirán más allá de los 50. En el caso de los varones, la tasa de desempleo y el nivel de estudios también influyen en la calidad de los últimos años de vida.
En los 15 estados más antiguos de la Unión Europea (Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, España, Suecia y Reino Unido), la esperanza de vida era superior y con más años de vida sana a partir de los 50 que en los 10 países más nuevos (Chipre, República Checa, Estonia, Hungría, Lituania, Letonia, Malta, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia).
En el caso de los hombres, las mayores esperanzas de vida en 2005 eran de 80,4 años en Italia y 80,3 en Suecia, mientras que las menores eran de 71,3 (Letonia) y 71,7 (Lituania). En España, la media de vida es de 79,4 años; es decir, que lo normal es vivir 29,4 años más, una vez cumplidos los 50. Sin embargo, de esos casi 30 años, sólo 19,1 serán libres de enfermedad.
Dinamarca es, con 23,6 años, el país en el que se viven más años de buena calidad más allá de los 50, seguido de Malta (21,7). Por el contrario, Estonia (9,0) y Hungría (10,8) obtienen las peores cifras.
La esperanza de vida de las mujeres francesas (85,4 años) es la más alta de la UE. Italianas (85,3) y españolas (85) les siguen de cerca, mientras que los valores más bajos están de nuevo en Letonia (79,3) y Hungría (79,4). En cuanto a los años de vida sana después de los 50, los datos más altos proceden, otra vez, de Dinamarca (24,1) y Malta (22,5), y los más bajos de Estonia (10,4) y Hungría (11,4). España, con 18,6, se sitúa sólo cinco décimas por encima de la media.
Concluyen que los ciudadanos de los países básicos de la UE tienen vidas más largas y sanas que los de los 10 países recientemente incorporados. El objetivo europeo de que la tasa de empleo de los mayores alcance el 50% no se conseguirá en algunos países a menos que se mejore la salud de forma sustancial. El trabajo muestra que el control de la salud después de los 50 puede utilizarse para evaluar estos objetivos de forma realista.
Errol D. Crook y Terry J. Hundley, de la Universidad de Alabama, apuntan que los datos obtenidos en este estudio "pueden ejercer, claramente, una influencia directa sobre las decisiones políticas que se tomen en la Unión Europea". Y destacan la utilidad de este marcador (los años de vida saludables a partir de los 50) para "comparar la situación entre diferentes regiones".