divendres, 23 de novembre del 2007

España, con más médicos que la media de la OCDE


Con menos gasto per cápita en sanidad que la mayoría de los países de la OCDE, España se sitúa, sin embargo, entre los primeros en consumo de fármacos y en número de visitas a las consultas médicas. En lo que a número de médicos se refiere, el país es el cuarto de la lista y por encima de la media general.


España sigue estando entre los países que menos gasto per cápita dedican a la sanidad. Una vez más, este dato ha sido confirmado, en esta ocasión por el informe "Health at a Glance 2007" de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que sitúa al país en el puesto 22 de 27 en cuanto a este dato se refiere, con 2.255 dólares y un 8,2 por ciento de su PIB dedicado a sanidad, por debajo de la media del resto de países —9 por ciento— y muy inferior al de Estados Unidos —15,3—.Sin embargo, se da la paradoja de que los ciudadanos españoles son de los que más medicamentos consumen. Cada uno origina un gasto de 517 dólares, el cuarto más elevado (sólo por detrás de Estados Unidos, Canadá y Francia). Esto se corresponde con las cifras del gasto en medicamentos en relación al PIB, que supuso un 1,9 por ciento —al igual que en Estados Unidos— cuando la media de la OCDE está en el 1,5. No obstante, ésta es una tendencia detectada en la mayoría de los países que se explica bien por el envejecimiento poblacional, bien por los nuevos fármacos.Pero las sorpresas no acaban aquí. Los españoles gustan de ir a las consultas, nada menos que 2.949 visitas por profesional se registraron en 2005, más de 400 por encima de la media de la OCDE y más de 2.000 con respecto al país con menos visitas, Suecia (824), diferencias que el informe atribuye a "factores culturales". Esto supone 9,5 consultas per capita (ver gráfico superior) y probablemente supondrá más en los próximos años puesto que la tasa de crecimiento ha sido del 2,4 por ciento por una media del 0,7.Debería ser, por tanto, esta mayoritaria asistencia a las consultas lo que explicara ese déficit de médicos que muchos señalan, ya que las cifras no lo hacen. Según el informe, se detecta una variación considerable entre países en lo que a número de médicos por cada 1.000 habitantes respecta. Así, la media de la OCDE es de 3 médicos en 2005 y España la supera en 8 décimas —si bien hay que tener en cuenta que se contemplan los odontólogos y estomatólogos en esta cantidad—, situándose en el cuarto país con más médicos, después de Grecia (4,9), Bélgica (4) e Italia (3,8). En el otro extremo, están México (1,8), Corea (1,6) y Turquía (1,5) (ver gráfico inferior).En cuanto a la comparación entre médicos generalistas y especialistas, estos últimos superan en número con creces a los primeros en la media de los países de la OCDE —1,7 frente a solo 0,8—. España supera, por su parte, ambos porcentajes —1,9 y 0,9 respectivamente—. De media, la proporción de especialistas/generalistas se ha incrementado de 1,5 a 2 entre 1990 y 2005.Mientras, el documento refiere que los costes indirectos derivados del diagnóstico médico y las decisiones de tratamiento han estado creciendo a ritmo constante en la mayoría de los países. Existe una diferencia sustancial entre los licenciados en Medicina y en Enfermería —35 por cada 1.000 doctores trabajando y 46 en el caso de las enfermeras como media de la OCDE en 2005— que el informe atribuye a que la vida media de una enfermera tiende a ser significativamente menor que la de un doctor, en parte a causa de que las dos profesiones tienen unas proporciones diferentes en cuanto a géneros. En lo concerniente a España, se sitúa en 2005 por debajo de la media de la OCDE —34,6 por cada 1.000 médicos ejerciendo— en médicos (29,6). No así en enfermeras —45,7 frente a 49 de la media nacional—.Hay un descenso, de todos modos, en el número de licenciados, tanto en la media de la OCDE como por países, desde 1985 hasta 2005. De hecho, como sucedió en España, algunos establecieron controles en el acceso a las facultades en el periodo 1990-2005. En cuanto al número de médicos, la densidad creció una media de un 3 por ciento por año entre 1975 y 1990, un porcentaje que se redujo hasta el 1,6 por ciento por año entre 1990 y 2005 en los mismos países. Esto podría deberse, según el documento, a la creencia general de que los médicos pueden inducir a demandar servicios sanitarios, especialmente cuando su remuneración es de honorario por servicio. De ahí, los controles en los números de alumnos de las facultades.España es el quinto país de los 30 miembros en esperanza de vida, con 80,7 años en 2005, muy por encima de la media de 78,6. Las cifras son mejores en las mujeres, que con 83,9 años se sitúan en igualdad con las suizas y sólo por debajo de las japonesas, no así los hombres, con 77,4 que ocupan la undécima posición. Sin embargo, destacan los factores de riesgo en los modos de vida de los españoles, especialmente en lo que respecta al tabaco y el alcohol. Un 28,1 por ciento de los españoles fuma, por encima del 24, 3 de la media de la OCDE, y en los últimos años, se ha incrementado el porcentaje de fumadoras en cinco puntos porcentuales, algo que sólo ha sucedido en México, Alemania y Grecia. Tampoco los hábitos son especialmente saludables en consumo de alcohol, con 11,7 litros por persona de más de 15 años, frente a la media de 9,5, y eso a pesar de que es el segundo estado donde más ha disminuido ese consumo, por detrás de Italia. Todos estos datos no tienen su proyección en las políticas sanitarias. España ocupa el 23er puesto en gasto sanitario dedicado a políticas de prevención, con un 1,4 por ciento del total —frente a la media de 3,1 por ciento—. Sólo están por detrás Portugal, Italia, Luxemburgo e Islandia. Muy por encima, Canadá, con un 8,6; Nueva Zelanda, con 7,4; México, con 7,3 y Estados Unidos, con 7,1.A pesar de que tendríamos un suspenso en este tipo de políticas, la advertencia no es única y la OCDE insiste en que aunque la calidad de la asistencia médica está mejorando, la prevención y el tratamiento de las enfermedades crónicas suponen "un reto cada vez mayor".No obstante, sí se ha producido una mejora global, como demuestra que sólo el 10 por ciento de las personas hospitalizadas tras un infarto de miocardio muere en un plazo de 30 días, el mismo porcentaje que los que son ingresados tras un accidente isquémico. En contraposición, la asistencia para asma y diabetes no alcanza a menudo el nivel óptimo a pesar de su creciente prevalencia.Con todo, el sector público continúa siendo la principal fuente de financiación sanitaria en todos los países de la OCDE, con las salvedades de México, Estados Unidos y Grecia. Por término medio, la cuota del gasto sanitario público ascendió al 73 por ciento en 2005.