Hasta ahora, el tratamiento estándar para un raro tipo de cáncer del tracto gastrointestinal, el llamado GIST, consistía únicamente en operarlo, sin ninguna terapia adicional. Los resultados preliminares de una gran investigación estadounidense y canadiense indican sin embargo, que añadir Glivec durante un año después de la operación podría reducir algunas de las recaídas.
El ensayo, patrocinado por el Instituto Nacional del Cáncer de EEUU, se diseñó para dar respuesta a una duda ampliamente debatida por los especialistas: ¿Es Glivec tan eficaz para prevenir las recaídas en los pacientes operados como para tratar los casos más avanzados, inoperables o con metástasis? La respuesta afirmativa que se ha dado a conocer esta semana ha hecho saltar todas las alarmas del otro gran estudio europeo-australiano diseñado para responder esta misma cuestión.
En la investigación americana, 600 personas operadas de un tumor del estroma gastrointestinal (GIST) entre 2002 y 2007 fueron divididas aleatoriamente en dos grupos. Después de la cirugía, la mitad de ellas fue tratada con 400 mg de imatinib mesilato (el principio activo de Glivec) y la otra mitad recibió únicamente una sustancia inactiva o placebo.
El análisis provisional llevado a cabo por un comité independiente del ensayo mostró ventajas significativas en los pacientes tratados, por lo que recomendó que se hiciesen públicos los datos antes de tiempo. Mientras que sólo el 3% de quienes tomaron Glivec sufrió una recaída en el primer año tras la intervención quirúrgica, esta cifra se elevó al 17% en el caso de los pacientes tratados de acuerdo con el régimen estándar, es decir, únicamente cirugía. + info El Mundo
dimecres, 2 de maig del 2007
Polémica entre Europa y EEUU sobre el papel de Glivec después de la cirugía
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