dijous, 15 de maig del 2008

¡No vacune a su hija! un artículo del doctor José Antonio Campoy, director de la revista Discoverysalud

"Sí, somos contundentes. No vemos razón alguna para atender la recomendación del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero -adoptada incomprensiblemente el pasado 24 de agosto a propuesta del Ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria- de vacunar a todas las niñas de entre 11 y 14 años con Gardasil, vacuna tetravalente recombinante comercializada en España por Sanofi-Pasteur-Merck Sharp & Dohme que se supone protege de algunas variantes del Virus del Papiloma Humano (VPH) y que fue presentada hace escasas semanas en los medios de comunicación de forma absolutamente gratuita como "la vacuna contra el cáncer de útero".

Sí, somos contundentes. No vemos razón alguna para atender la recomendación del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero -adoptada incomprensiblemente el pasado 24 de agosto a propuesta del Ministro de Sanidad y Consumo, Bernat Soria- de vacunar a todas las niñas de entre 11 y 14 años con Gardasil, vacuna tetravalente recombinante comercializada en España por Sanofi-Pasteur-Merck Sharp & Dohme que se supone protege de algunas variantes del Virus del Papiloma Humano (VPH) y que fue presentada hace escasas semanas en los medios de comunicación de forma absolutamente gratuita como "la vacuna contra el cáncer de útero". Y no sólo porque jamás se ha probado en niñas de esas edades sino porque no hay nada que justifique su eficacia y, por tanto, no se entiende ni la necesidad de una vacunación masiva ni las prisas por hacerlo. Es más, nos parece no sólo innecesario sino peligroso. Y lo singular es que de forma parecida pensaba su antecesora y actual ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, a pesar de que esta vez se haya mantenido en silencio desde su nuevo cargo. Ella no sólo no consideraba este asunto urgente o prioritario sino que además admitió públicamente que "la efectividad real" de la vacuna "no se conocerá hasta dentro de 35 años". ¡Y menos mal que se trata de una "sugerencia" y la vacuna será voluntaria al haberse dejado la decisión de ponerla a los padres o tutores de las niñas porque de haber sido obligatoria esta revista hubiese llevado a los tribunales la decisión! Es más, hubiésemos instado la presentación de querellas contra los responsables. Los padres deben saber que no existe ningún estudio o ensayo que haya demostrado que esa vacuna sea eficaz y segura en el grupo de edad para el que se ha aprobado. Como debe saber que la vacuna sólo protege -si lo hace- de la infección de cuatro de los más de cien tipos que existen del Virus del Papiloma Humano que, por si fuera poco, apenas se detectan en España. Igualmente se obvia decir que generalmente las infecciones por los virus del papiloma humano ceden de forma espontánea -casi siempre antes de dos años- especialmente en el caso de las adolescentes y que sólo cuando no es así podrían provocar lesiones genitales externas, verrugas genitales y a veces lesiones precancerosas de cuello uterino que sólo en el caso de que no se tratasen podrían dar lugar ¡veinte o treinta años después! a un cáncer. En suma, la posibilidad de contraer cáncer a causa del Virus del Papiloma Humano es escasísima. Y de ahí que a fin de justificar la vacuna se utilice la táctica de generar miedo entre la población recurriendo a estimaciones mundiales. Por ejemplo, diciendo que cada año hay más de 500.000 casos nuevos y 280.000 muertes... silenciando que la gran mayoría se dan en países subdesarrollados donde las condiciones higiénicas son pésimas y las defensas de quienes se contagian están bajo mínimos. En este negocio -que eso es lo que es- hay demasiadas medias verdades. No es cierto, por ejemplo, que la vacuna cuente con apoyo generalizado. Basta leer el Editorial del número de mayo pasado de la revista JAMA -órgano de la Asociación de Médicos Americanos- donde se expresan abiertamente las dudas sobre su necesidad. Y no olvidemos que es también absolutamente falso que se trate de una vacuna "para prevenir el cáncer". Como tampoco sirve para curar. Merck constató que su eficacia curativa es NULA. Por si todo esto fuera poco la vacuna funciona sólo si la niña que la recibe no está ya infectada por alguno de los virus incluidos en ella en el momento de la inoculación. Además la vacunación no garantiza su protección definitiva porque se ignora durante cuánto tiempo protege. ¿Dos años? ¿Cinco? No se sabe. Y ello implica que habría que poner la vacuna a la niña una y otra vez... hasta que pierda la virginidad porque entonces ya ni siquiera valdría. Por otra parte, ¿qué se sabe en realidad de su seguridad? Los potenciales efectos secundarios -reconocidos y publicados por Merck Sharp & Dohme- son dolor, fiebre, náuseas, vértigos y picores, todos ellos habituales en otras vacunas. No se ha investigado sin embargo qué puede pasar si se da a la vez que otras vacunas. Además empieza ya a haber indicios de más situaciones de riesgo. Judicial Watch -una organización independiente estadounidense- afirma que a 15 de mayo de este año había ya 1.637 informes de reacciones adversas. Un dato ¡proporcionado y reconocido por la propia FDA! Datos según los cuales la muerte de al menos tres personas parecen estar relacionadas con la vacuna. Y no es más que la punta del iceberg. "Los informes adversos que provoca la vacuna de VPH proporcionados por la FDA se leen como un catálogo de horrores" -ha llegado a afirmar el presidente de Judicial Watch-. En suma, invito a los lectores a leer detenidamente el excelente trabajo de investigación realizado por nuestro compañero Antonio Muro que publicamos en este número en el que se ofrecen las conclusiones aquí expresadas brevemente y otras muchas que esperamos hagan reaccionar con sensatez a los padres. Ahora la decisión es suya.
José Antonio Campoy