dimecres, 12 de desembre del 2007

La experiencia del radiólogo es clave para interpretar una mamografía


A la hora de identificar enfermedades la tecnología es esencial pero no más que la mano del hombre. Según un nuevo estudio, el perfil profesional del radiólogo que realiza la lectura de una mamografía puede interferir en la calidad de los resultados. Para evitar diagnósticos incorrectos o, al menos, minimizarlos, un grupo de expertos pide que se unifique y mejore la formación de estos especialistas.

La citada investigación, que aparece publicada en 'The Journal of the National Cancer Institute', evalúa el trabajo de un centenar de radiólogos que, entre 1996 y 2003, analizaron casi 36.000 mamografías. Además, compara estos datos con el perfil de las pacientes y el de los 123 profesionales, procedentes de 72 centros distribuidos por la geografía de EEUU, que evaluaron estas pruebas.
Varios estudios anteriores se habían basado en las mamografías rutinarias. Sin embargo, este nuevo documento se centró en las que se realizan para observar algún aspecto sospechoso ya identificado en otras pruebas. "La tasa de casos de cáncer de mama identificados por las mamografías de diagnóstico es 10 veces mayor que la de las rutinarias", apunta el ensayo.
Como primera conclusión, Diana L. Miglioretti y su equipo, procedentes de distintas universidad estadounidenses, afirman que existe "una variación considerable en la interpretación de una mamografía de diagnóstico que no se explicó por las características de las pacientes".
Y aclaran que esta diferencia a la hora de 'leer' las imágenes captadas en la mamografía es especialmente preocupante en las pruebas de diagnóstico. "La mayoría de las mujeres con cáncer de mama ya presentan algún signo físico o síntoma en el momento del diagnóstico".
Perfil del buen radiólogo
La precisión de la lectura se vio marcada por distintos factores. Pertenecer a una academia médica aumentó la probabilidad de identificar un cáncer de mama. Sin embargo, el estudio destaca que este resultado debe manejarse con cautela, ya que sólo siete del centenar de radiólogos presentaba esta característica.
La especialización en las pruebas de imagen del pecho también aumentó la precisión. En este sentido, los expertos que habían invertido "por lo menos un 20% de su tiempo" en este tipo de tecnología y "aquellos que realizaron revisiones de biopsias" contaron con una mayor sensibilidad en el diagnóstico.
"Sugerimos que es particularmente importante maximizar la sensibilidad incluso a costa de obtener más falsos positivos, ya que la probabilidad de detectar un cáncer es mayor en las mamografías de diagnóstico", destacan Diana L. Miglioretti y su equipo.
Cuando se trata de recomendar una biopsia, resultan esenciales dos elementos: los años de experiencia y el tiempo dedicado a evaluar imágenes de la mama. El primero de ellos parece que aumenta la probabilidad de que se recomiende la mencionada intervención mientras que el segundo la disminuye.
Entre las posibles limitaciones de esta investigación, los firmantes destacan el pequeño tamaño de la muestra o haber confiado en las respuestas aportadas por los expertos, sin haber realizado ninguna comprobación objetiva.
Como conclusión 'utópica', los expertos apuestan por los centros especializados en pruebas de la mama. Sin embargo, reconocen que esta opción no se puede generalizar a todas las regiones, especialmente a las que necesitan es un centro de radiología general antes de uno especializado.
"Las investigaciones futuras deberán centrarse en el impacto de las intervenciones educativas [...] de modo que se puedan canalizar los esfuerzos y mejorar la precisión a la hora de interpretar las mamografías", finaliza el trabajo.