divendres, 30 de novembre del 2007

Controlar la dosis de antiepilépticos reduce las crisis en el embarazo

La lamotrigina es un fármaco antiepiléptico muy popular entre las mujeres dado su bajo riesgo de producir malformaciones en el feto. Sin embargo, su uso está asociado con un aumento de las crisis hasta en un 75% de los embarazos. Un trabajo publicado en la revista 'Neurology' demuestra que la monitorización de la concentración plasmática de este medicamento ayuda a disminuir estos episodios.


Las guías de terapéuticas de la epilepsia no son muy explícitas a la hora de manejar a una paciente cuando se queda embarazada, "por eso estos resultados son importantes", explica la autora del estudio, Page B. Pennell, de la Universidad Emory en Atlanta, Estados Unidos.

Para su investigación, Pennell y su equipo escogieron a 53 embarazadas tratadas con lamotrigina de forma exclusiva. Se recogieron muestras de sangre una vez al mes o, como mucho, cada trimestre, para medir las concentraciones de lamotrigina, y se registraron las crisis.

Los resultados mostraron cómo la velocidad de eliminación de este fármaco aumentó, de media, un 89% en el tercer trimestre comparado con los valores previos al embarazo. En los primeros seis meses, la depuración también había crecido.

Cuando un medicamento se elimina más rápidamente, su concentración sanguínea disminuye y su efecto se reduce. Para evitar esto, los autores ajustaron las dosis de lamotrigina con el objetivo de alcanzar los niveles óptimos para evitar las crisis.

Aunque un 39% de las mujeres declaró que la frecuencia de sus crisis era mayor, un 33% informó de que había disminuido mientras que un 28% no detectó cambio alguno. El mes en el que más aumentaron las crisis fue el séptimo.

"Medir la lamotrigina en sangre es una forma adecuada de predecir un empeoramiento de los ataques epilépticos", concluyen los autores. Para que esto funcione, es necesario averiguar la concentración ideal para cada paciente, aquella con la cual la enfermedad está controlada, que se debe establecer antes del embarazo.

Este tipo de monitorización está recomendada en las guías terapéuticas "pero no se hace de forma rutinaria", ha explicado a elmundo.es José Luis Herranz, Jefe del Servicio de Neuropediatría del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander. "Si se quiere hacer bien, habría que hacerlo siempre".

La relación epilepsia-gestación es complicada. Por un lado, la mayor parte de los fármacos son teratógenos, pero a la vez, las crisis pueden tener graves consecuencias no sólo para la salud de la madre sino también para la del feto. Hasta hace algo más de un año, la solución parecía estar en la lamotrigina, un antiepiléptico de amplio espectro del que no se conocía efecto adverso alguno para el niño.

Aunque ahora se sabe que aumenta el riesgo de aparición de fisuras palatinas y labiales, con una prevalencia 24 veces superior a la de la población general, sigue siendo un fármaco de bajo riesgo en este sentido. Entre 10.000 y 20.000 mujeres españolas están en tratamiento con este fármaco.