dimarts, 24 d’abril del 2007

El aborto no eleva el riesgo de cáncer de mama

Un trabajo publicado en la revista 'Archives of Internal Medicine' echa por tierra la creencia de que los abortos, ya sean espontáneos o inducidos, elevan el riesgo de cáncer de mama. Las gestaciones interrumpidas no tienen ninguna relación con las probabilidades de desarrollar este tumor.
El embarazo tiene un efecto protector si se produce antes de los 35 años ya que reduce las posibilidades de desarrollar un cáncer de mama. Durante los primeros meses de gestación, el cuerpo de la mujer fabrica grandes cantidades de una hormona llama gonadotropina coriónica humana que, entre otras funciones, actúa estimulando el tejido mamario y acelerando la diferenciación de sus células que, de este modo, serán en adelante menos propensas a la malignización, es decir, a generar un cáncer.
La hipótesis aceptada hasta el momento y corroborada por numerosos estudios sostiene que cuando un embarazo se interrumpe, ya sea de forma espontánea o provocada, su efecto protector no aparecía ya que no había tiempo suficiente para que esa diferenciación celular se produjera.
Pero el trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) sugiere que los resultados de esos estudios estaban condicionados por su diseño. Sólo aquellos que eran retrospectivos, es decir, que recopilaban la información 'a posteriori', encontraron una asociación positiva entre el aborto y un aumento del riesgo de cáncer de mama.
Karin Michels, especialista en epidemiología, obstetricia y ginecología en esta universidad y autora principal, y sus colegas escogieron a más de 100.000 mujeres entre 29 y 46 años que formaban parte del Estudio de Salud de las Enfermeras, a las que siguieron durante una década, desde 1993 hasta 2003. Durante ese tiempo, las participantes respondieron a un cuestionario cada dos años en el que proporcionaron información acerca de abortos, factores de riesgo para el cáncer de mama y diagnósticos de esta patología.
El 15% (16.118) había interrumpido voluntariamente algún embarazo mientras que el 21% (21.753) había sufrido un aborto espontáneo. 1.458 mujeres padecieron un carcinoma de pecho. Según las conclusiones de los autores, no existe asociación alguna entre haber tenido un aborto y la incidencia de cáncer de mama.